jueves, 21 de marzo de 2019

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uando tenía 17 años de edad, que solía trabajar y estudiar durante aproximadamente 20 horas al día. Fui a la escuela, hice mi tarea durante los recesos y administré una organización sin fines de lucro en la noche. En ese momento, trabajar largas horas me permitió realizar innumerables campañas nacionales, oportunidades para trabajar con organizaciones de la lista A y una carrera exitosa. A medida que crecí, comencé a pensar de manera diferente. Me di cuenta de que trabajar más no siempre es el camino correcto o único hacia el éxito.

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A veces, trabajar menos puede producir mejores resultados.

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Considere la posibilidad de un propietario de una pequeña empresa que trabaja sin parar. Trabajar duro no lo ayudará a competir con sus competidores corporativos. Eso es porque el tiempo es una mercancía limitada. Un empresario podría trabajar las 24 horas del día, los 7 días de la semana, pero su competidor siempre puede gastar más dinero, formar un equipo y pasar muchas más horas colectivas en el mismo proyecto. Entonces, ¿por qué las startups pequeñas han logrado cosas que algunas grandes corporaciones no pudieron? Facebook compró Instagram, una compañía con 13 empleados en ese momento, por mil millones de dólares. Snapchat, una startup con 30 empleados, rechazaba las ofertas de Facebook y Google. Parte de cada uno de sus éxitos se basó en la suerte, y algunos en la eficiencia.

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La clave del éxito no es trabajar duro. Está funcionando de manera  inteligente .

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